Carolina Góngora

Tenía un rol regional estratégico en una gran compañía multinacional que sería el sueño de much@s, con un equipo de trabajo maravilloso, una familia preciosa y todo esto mucho antes de mis 40 años. Pero, la situación que estaba afrontando como persona en la pandemia me estaba sobrepasando y por más que había buscado ayuda y  herramientas no lograba encontrar nada que me permitiera tomar las riendas de lo que me estaba sucediendo. Creí que era falta de un espacio para mí o de un método de organización, pero era mucho más que eso. Un fin de semana de Julio fue la llamada final que me llevó a comprender que no podía seguir adelante sin un pare en el camino. Organicé todo y con plena consciencia y un dolor en mi corazón tomé la decisión de retirarme…

Fue uno de los momentos más difíciles de mi vida. Fue un momento donde sabía que requería organizar mis prioridades como mujer, madre y esposa. Mi vida profesional podía esperar un poco mientras atravesaba esa tormenta.

Al salir, esas primeras semanas fueron supremamente reveladoras. Hice consciencia de la magnitud de la situación en la que me encontraba: No me encontraba bien de salud y sin darme cuenta mi hijo no me hablaba y evitaba el contacto físico conmigo. Ese día que me di cuenta de esto me quería morir: ¿cómo no me había dado cuenta antes? Ya casi no sabía nada de mis padres, hermanos, sobrin@s, amigos… En fin, todo al revés.